El siguiente día se estaciona un auto rojo de medio tamaño fuera de la puerta del garaje de la casa de al lado. Del auto se baja una señora, un señor, una niña y Oscar. Yo los veo y ellos me ven a mi, ya que estoy cortando el césped en el jardín. Nos saludamos y nos presentamos y les digo que esperen un momento. Abro la puerta de la casa y le digo a mi mujer y a Evelyn que salgan un ratito al jardín. No les digo que quiero presentarlas a los nuevos vecinos, porque Evelyn no saldría entonces. Las dos salen al jardín y las presento a los nuevos vecinos y charlamos un ratito. Oscar se acerca a Evelyn y empieza a hablar con ella, pero Evelyn no le responde y vuelve a la casa. Yo les explico a Oscar y a su familia que Evelyn es una niña muy tímida y que necesita algo de tiempo para conocer nuevas personas. Les digo que ella desea mucho tener una amiga o un amigo, pero que ella siempre ha estado sola y no sabe cómo hablar con alguien que no conoce. Los nuevos vecinos entienden y le dicen a Oscar que puede hablar con Evelyn otro día, cuando ella esté más preparada.
Al mediodía el día siguiente alguien llama a la puerta. Evelyn y su mamá han salido de compras y yo estoy solo en casa y hace un par de minutos me había quedado dormido en el sofá. Camino de la sala de estar al pasillo y abro la puerta. Allí está Oscar.
El padre – ¡Hola Oscar! ¿Qué tal?
Oscar – ¡Buenos días señor! Estoy bien, gracias, ¿y usted señor?
El padre – Bien, gracias. Oscar, me puedes tutear.
Oscar – Vale. Perdón, yo sé que eres el papá de Evelyn, pero no sé tu nombre.
El padre – Me llamo Mario y la madre de Evelyn se llama Dolores.
Oscar – Vale. Mario, ¿está Evelin en casa?
El padre – Lo siento Oscar, su madre y ella han ido de compras a un centro comercial. Van a cenar allí y llegarán sobre las ocho de la noche.
Oscar – Vale, bueno, ¿tal vez podemos estar juntos mañana? Dile hola de mi parte y que me gustaría conocerla.
El padre – De acuerdo Oscar. Debes saber que Evelyn es una chica muy buena y simpática. El problema es que tiene muy baja autoestima y es muy tímida. Estoy seguro que ella también te quiere conocer, pero puede ser que no lo muestre al principio.
Oscar – Ya lo sé. Lo he entendido. Perdón por ser tan honesto y directo, pero su personalidad me atrae y también pienso que es muy guapa de verdad y me gusta mucho su aspecto físico. Es la chica ideal y es la chica de mis sueños; no es alta y tampoco baja, es gordita, pero no demasiado gorda, es morena y sus ojos son de color café claro. Además es una chica tranquila, tímida, deportiva y parece ser muy buena y simpática.
El padre – Eres muy directo Oscar. Recuerda que soy su padre. Chao Oscar.
Oscar – Adiós Mario y hasta mañana.